Oilers/Titans siempre tan cerca de la gloria

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TENNESSEE TITANS

El presidente y dueño de la franquicia Kenneth Stanley “Bud” Adams Jr. fue uno de los padres fundadores de la American Football League en 1959.
El ganador del Trofeo Heisman, Billy Cannon, de Louisiana State, fue el primer nombre importante que firmó tanto como con Houston Oilers como con la AFL.
Los Petroleros fue el primer equipo campeón de la AFL, y no sólo eso, sino que ganó títulos consecutivos en 1960 y en 1961. Y no pudieron participar en su tercer campeonato en fila cuando perdieron 20-17 ante Dallas Texans en 1962. En ese momento, el partido que duró 6 cuartos, fue el partido de fútbol americano profesional más largo en la historia, que duró 77 minutos y 54 segundos.
Los equipos Oilers/Titans han calificado a la postemporada en 35 de sus 59 temporadas (previo a la campaña 2019) y en la AFL fue uno de los equipos más representativos con apariciones en 1960, 1961, 1962, 1967 y 1969. Después de la Fusión de la AFL con la NFL, la franquicia ha ido a playoffs 10 ocasiones mientras estuvo en Houston, lo cual ocurrió en dos rachas muy marcadas: 3 veces seguidas (1979, 1980 y 1981) y 7 en fila (de 1987 a 1993).
Los campeonatos de la AFL que ganó Houston en sus 2 primeros años de existencia siguen siendo los únicos títulos de liga que los Petroleros (ahora Titanes) han reclamado. Se llevaron 4 campeonatos de la División Este de la AFL en los 10 años de existencia y tan sólo 3 cetros de la División Central de la AFC (1991, 1993 y 2000) desde 1970 hasta que se mudaron a la División Sur de la AFC en 2002.
Varios entrenadores han contribuido a tener temporadas ganadoras en Houston. Lou Rymkus fue el responsable de su primer campeonato en 1960 mientras que Wally Lemm fue el coach del equipo del título en 1961.
Frank “Pop” Ivy ganó un campeonato divisional al año siguiente. Lemm regresó para liderar a los Oilers al campeonato del este de la AFL en 1967.
“Bum” Phillips lideró a los Petroleros a 3 apariciones ligadas en postemporada en 1978, 1979 y 1980, mientras que Jerry Glanville lo hizo en el mismo número de ocasiones de 1986 a 1989.
Houston le entregó el comando a Jack Pardee para dirigir el equipo en los años 90s, y lo hizo eficientemente con 4 campañas calificando a la ronda final de la NFL.
Los Petroleros ganaron su primer campeonato divisional en 24 años durante 1991 y repitieron la hazaña en 1993.
Jeff Fisher fue nombrado head coach interino en noviembre de 1994 y tomó el cargo de forma oficial en 1995. Tan sólo 5 temporadas después se convertiría en el único entrenador de esta franquicia en llevarla hasta el Super Bowl.
Hay 8 exjugadores de los Petroleros en el Salón de la Fama. El legendario George Blanda, quien jugó 26 años y fue el quarterback de Houston de 1960 a 1966, y fue entronizado al “Recinto de los Inmortales” en 1981.
Ken Houston, uno de los mejores profundos en la historia, fue elegido en 1986, mientras que el poderoso corredor Earl Campbell entró en 1991.
El guardia Mike Munchak, una selección de 1ª ronda en 1982, llegó en 2001; el ala defensiva Elvin Bethea, quien es el líder en capturas del equipo en la historia, fue entronizado en 2003; y el tackle defensivo Curley Culp en 2013.
En 2006, el líder pasador de todos los tiempos de los Petroleros, Warren Moon, se convirtió en el primer quarterback afro-americano de la era moderna que fue elegido al Salón de la Fama.
Y el 9 veces All-Pro, el liniero ofensivo Bruce Matthews, fue inducido en 2007.
Los Titans (antes Houston Oilers) tienen 6 números de jersey retirados en honor al safety Jim Norton, a Bethea, a Campbell, a Moon, y a los linieros Munchak y Matthews.
En los años 60s, Blanda producía muchas yardas con sus pases a receptores como Charlie Hennigan, quien atrapó el entonces récord de 101 pases durante la temporada 1964. Los Petroleros de los años 80s y principios de los 90s eran una máquina de ofensiva aérea con Warren Moon y los “Fab Four”, los 4 receptores que complementaban muy bien el sistema “Run and Shoot” del coordinador ofensivo Kevin Gilbride, eran: Drew Hill (85), Ernest Givins (81), Heywood Jefferies (84) y Curtis Duncan (80).
La época de los años 70s produjo momentos fenomenales en Houston. El famoso “Luv Ya Blue” (Amo al Azul) en la era de Bum Phillips, jugando en el primer estadio techado en el mundo y el que en su tiempo fue el más moderno, el Astrodome, junto con un himno prestado por Miami Dolphins, le dieron una imagen especial a los Petroleros.
Además de Campbell, Culp, Bethea y Brazile, todos en el Salón de la Fama, había otros jugadores estrellas como el quarterback Dan Pastorini, los receptores abiertos Ken Burroughs y Mike Renfro, el linebacker Gregg Bingham, los backs defensivos Vernon Perry, J.C. Wilson y Mike Reinfeldt, junto con Toni Fritsch como pateador, complementaban el cuadro perfecto en Houston.
Campbell, originario de Texas y gran figura en la misma Universidad de Texas, se robó el corazón de los fieles seguidores de los Oilers, pero la personalidad del coach Bum Phillips se notaba entre los mismos jugadores y la afición. Cada domingo era una fiesta el Astrodome. El equipo respondió con apariciones consecutivas en el Juego de Campeonato de la AFC, pero en ambas ocasiones salieron derrotados por cuenta de Pittsburgh, quedándose “Tocando la puerta” del Super Bowl, como siempre lo definió Phillips.
Tras una derrota en el juego de comodines de la AFC en 1980, Adams rompió relación con Phillips y de esa forma terminó un periodo de 5 años muy especial en la historia de esta franquicia.
Houston Oilers nunca pudieron jugar un Super Bowl, y tuvieron derrotas desgarradoras en postemporada, a pesar de contar con uno de los equipos más talentosos a partir de 1987. El estilo aguerrido de Glanville y una defensiva muy agresiva, motivó a que se le conociera al Astrodome como “The House of Pain” (La Casa del Dolor), con jugadores como Sean Jones, Ray Childress, Al Smith, Steve Brown, Bubba McDowell, Bo Orlando, William Fuller, John Grimsley, Wilber Marshall, Cris Dishman, Marcus Robertson. Y el punto climático, ocurrió en 1993, cuando Pardee contrató a Buddy Ryan para ser el coordinador de esta defensiva, y al implantar su famoso y reconocido sistema de la “Defensiva 46”, uno de los más dinámicos y agresivos que se han conocido en la historia de este deporte, los Petroleros tuvieron una temporada de ensueño.
Tras iniciar con registro de 1-4, Houston ganó los siguientes 11 partidos de forma consecutiva, pero lamentablemente, otra derrota rompe-corazones en casa, en la ronda divisional, evitó que esta franquicia se acercara al Super Bowl. Esta ocasión, fue Kansas City con un quarterback muy veterano como Joe Montana que sacó un triunfo increíble 28-20 en el Astrodome contra todo pronóstico.
En 1987, estando en playoffs por vez primera desde 1980, y tras lograr una victoria en tiempo extra sobre Seattle, los Broncos de Denver con John Elway los apalearon 34-10 en la ronda divisional.
Un año después, fueron en primera ronda de postemporada a Cleveland para vencer a los Browns de Marty Schottenheimer en el Estadio Municipal 24-23, para caer una semana después en Buffalo 17-10.
En 1989, nuevamente el archirrival Pittsburgh, ahora en el Astrodome y en juego de comodines, despachó a los Petroleros 26-23 en tiempo extra, y un año más tarde, otro rival divisional, Cincinnati, los humilló 41-14 en su primer duelo de postemporada.
En 1991, tras derrotar a los Jets, y tener ventaja 24-6 en Denver, terminaron perdiendo el partido de las manos de Elway en un gran regreso 26-24, representando el revés más doloroso hasta ese momento.
No sabían lo que venía al año siguiente. Con una primera mitad impresionante de Moon, conectando 4 pases de touchdown y con una intercepción de Bubba McDowell devuelta para touchdown en el 3er cuarto, Houston tenía la ventaja 35-3 sobre Buffalo en lo que parecía una campanada histórica. Pero el quarterback reserva de los Bills, Frank Reich, encontró su ritmo de juego y comenzó a generar puntos, mientras que la defensiva local descubrió la forma de frenar el explosivo ataque del “Run and shoot” de Houston y dominarlos en series de 3 jugadas y despeje.
Súbitamente, los Bills tenían la ventaja 38-35 con menos de 2:00 minutos en el reloj, y Moon pudo mover a los Oilers para empatar con un gol de campo de Al Del Greco. Pero en tiempo extra, una intercepción al propio Moon en un pase rebotado, dejó la mesa puesta para que Houston fuera parte (la parte mala) de la historia de la NFL, en el “Regreso más grande en la historia”, siendo el colapso más increíble del que se tenga memoria.
Luego de la derrota ante Montana y Chiefs en 1993, vinieron años difíciles para la franquicia. Pardee fue cesado y Jeff Fisher tomaría el mando de los Petroleros.
Mientras esto ocurría, “Bud” Adams llevaba años luchando por conseguir financiamiento del gobierno de la ciudad de Houston para renovar el Astrodome o construir otro estadio y en 1997, se llevó a sus Oilers a Memphis, Tennessee sin voltear atrás, terminando de golpe y porrazo con una tradición en Houston, si bien, la cual, no fue de campeonatos o de Super Bowls, fue de una identificación de los “houstonians” con sus Oilers de toda la vida.
Los Tennessee Oilers no tuvieron mucho éxito en dos años de existencia bajo ese nombre, pero en 1999 vino una reingeniería del equipo, con uniformes, nombre y estadio nuevos. Los Tennessee Titans de Fisher, con líderes como Steve McNair como su quarterback y Eddie George como su corredor estelar, acompañados de jugadores como Kevin Dyson, Derrick Mason, Blaine Bishop, el novato Jevon Kearse, Frank Wycheck ente otros, sorprendieron a toda la NFL.
Primero terminando con marca de 13-3, la mejor en su historia, pero no les alcanzó para ser campeones de la División Central de la AFC porque Jacksonville había finalizado 14-2, siendo esas 2 derrotas propinadas por los Titanes.
Y en el juego de comodines, todo hacía suponer que vendría otra derrota al estilo de los Houston Oilers. En un juego muy cerrado y perdiendo 16-15 con 0:16 segundos para concluir, se dio el “Music City Miracle” (El Milagro de la Ciudad de la Música). Tras una patada rolada, el fullback Lorenzo Neal le entrega el balón al ala cerrada Frank Wycheck, quien corre hacia la derecha del campo, súbitamente se detiene, se voltea, y lanza un largo pase lateral a Kevin Dyson (justo en la línea de lo lateral y muy cerca de ser adelantado, pero no fue así). Dyson encontró un hueco y una cortina de bloqueo para escaparse hasta la zona de anotación y dándole a los Titans, en su primer año de existencia y en su primer partido de playoff, uno de los triunfos más emocionantes y dramáticos en la historia de la NFL.
La semana siguiente viajaron a Indianapolis para derrotar a los favoritos Colts con Peyton Manning y el Juego de Campeonato de la AFC, el primero de la franquicia en 20 años, sería en Jacksonville, ante un rival divisional conocido, los Jaguares.
Al igual que en la temporada regular, Tennessee sacó la mejor parte con una actuación muy completa de McNair, de la defensiva y de equipos especiales, cuando Mason devolvió un free kick después de un safety para anotación y avanzar al primer Super Domingo en la historia de la franquicia.
En el Super Bowl XXXIV, se enfrentarían a St. Louis Rams con una ofensiva fuera de serie, y Titans se mantuvo luchando y estando en la pelea hasta final del 3er cuarto, cuando perdían 16-0 y todo hacía suponer que no se levantarían. McNair y George se echaron el equipo a los hombros y lograron una racha de 16 puntos para empatar el encuentro con poco tiempo en el reloj. Un largo touchdown polémico en el que no se marcaron una serie de castigos contra los Carneros, parecía haber puesto la losa final sobre Tennessee.
Nuevamente McNair movió al equipo todo el campo, con sus piernas y con su brazo, dejando la mesa puesta con 1º y gol en la yarda 10 con 0:03 segundos para concluir. McNair completó con Kevin Dyson. Las esperanzas, el esfuerzo, el corazón y el orgullo de una franquicia, no sólo de un partido, sino de 40 años de existencia, se quedaban en la yarda 1 a pesar del gran esfuerzo de Dyson para anotar.
Desde aquel emocionante, pero triste, domingo de enero del año 2000, esta franquicia no ha vuelto a ser la misma, a pesar de 6 esporádicas apariciones en playoffs en 20 años.
Houston comenzó a jugar en la AFL en el Jeppesen Stadium en 1960, un estadio de high school con capacidad para 33,000 personas, antes de mudarse a Rice Stadium con capacidad para 70,000 aficionados en 1965.
El estreno del Astrodome llegó en 1968, la 8ª maravilla del mundo, como se le llamó en su momento, siendo el primer estadio techado y con aire acondicionado. Los Oilers fueron el primer equipo profesional de fútbol americano en jugar bajo techo en superficie artificial, que fue llamada AstroTurf.
Los Petroleros jugaron primero en Memphis, Tennessee en 1997 y en 1998, antes de mudarse a Nashville, en el que hoy se conoce como Nissan Stadium.
K.S. “Bud” Adams falleció en 2013 y los Tennessee Titans fueron heredados a sus 3 hijos, Amy Adams Strunk, Susie Adams Smith y Susan Lewis (viuda de Kenneth S. Adams III, quien murió en 1987) en 3 partes iguales.
Después de 2 años de problemas, siendo Susie Adams Smith la dueña principal del equipo, toda la familia decidió pasar la estafeta a Amy Adams Strunk y Smith le vendió su parte del equipo en 2017. Amy Adams ha participado activamente en asuntos de la liga desde 2015, siendo la que vota por Titans en las juntas de dueños y en 2016 fue asignada a la Comisión del Salón de la Fama, donde ha participado y dejado su propia huella.

CONTINUARÁ…