SEATTLE SEAHAWKS
Cuando Seattle Seahawks pisó el campo de juego por vez primera en la temporada 1976, marcó la culminación de una búsqueda para tener una franquicia de la National Football League que inició en la ciudad del Pacífico Noreste desde 1957.
Ahí es cuando comenzaron las pláticas sobre las posibilidades de construir un estadio con domo que aseguraría una franquicia para la ciudad.
El 4 de junio de 1974, la NFL otorgó su franquicia 28 a Seattle para jugar en el Kingdome con capacidad para 64,984 espectadores.
Una campaña cívica registró 20,365 entradas y 1,741 nombres diferentes, pero “Seahawks” (Halcones Marinos) resultó electo y anunciado el 17 de junio de 1975. Tan sólo 2 meses después, después de una venta de 27 días, la campaña de boletos para toda la temporada se cerró con 59,000 boletos vendidos.
Como parte de la Fusión de la AFL-NFL en 1970, la NFL comenzó a planificar una expansión de 26 a 28 equipos. En junio de 1972, un grupo de negocios y de líderes comunitarios, Seattle Professional Football Inc., anunciaron su intención de adquirir una franquicia para dicha ciudad.
En 1974, el Comisionado de la NFL, Pete Rozelle, anunció la firma de la franquicia con Lloyd W. Nordstrom, representando la familia Nordstrom como los socios mayoritarios del consorcio hasta 1988 cuando vendieron la franquicia.
El 3 de enero de 1976, Jack Patera, quien había sido entrenador asistente en Minnesota, fue nombrado su primer head coach. Seattle terminó con marca de 2-12 en 1976, año en el que había sido colocados en la Conferencia Nacional. En 1977, fueron reubicados en la AFC, pero el resultado fue un registro de 5-9.
Seahawks tuvo temporadas ganadoras de 9-7 en 1978 y en 1979 y Patera fue nombrado Entrenador del Año de la NFL el segundo año.
El líder de Seahawks se llamaba Jim Zorn, un quarterback zurdo, quien encontró a su mancuerna preferida en un joven receptor rechazado por otros equipos, Steve Largent, quien a su vez, había sido cortado por Houston Oilers de Bum Phillips.
La temporada 1982, recortada por una huelga, demostró ser un año de transición en general para la liga, pero para el club en Seattle la descripción no pudo haber sido mejor.
Patera fue retirado del cargo de entrenador después de poco más de 6 años, y Mike McCormack terminó la temporada como coach interino y luego fue remplazado por Chuck Knox en 1983, quien después de 9 campañas al frente logró una marca de 83-67 hasta 1991.
En ese mismo primer año de Knox al frente, los Halcones Marinos lograron su primera victoria en playoffs al derrotar 31-7 a los Broncos con un novato John Elway y en la ronda divisional hicieron lo propio como visitantes 27-20 sobre Miami con Dan Marino en su primer año.
Seahawks llegó así al Juego de Campeonato de la AFC donde ya no pudo sorprender a Los Angeles Raiders y cayeron 30-14 en el LA Memorial Coliseum, pero quedó claro que esta franquicia estaba para cosas más grandes.
En 1984, nuevamente Knox lideró a Seattle a la postemporada, en esta ocasión con una mejor marca de 12-4, aunque también como equipo comodín, donde cobraron una pequeña revancha deportiva sobre los Raiders al vencerlos 13-7 y poner su marca en 2-0 en juegos de postemporada en el Kingdome. La semana siguiente quedaron del otro lado de la revancha deportiva ante los Dolphins de Marino en la mejor temporada que se haya visto en la historia para un quarterback y cayeron 31-10.
El éxito de Seattle se dio sin el corredor estelar, Curt Warner, quien había sido el líder corredor de la AFC en 1983 al haber acumulado 1,449 yardas. Warner se lesionó de la rodilla en el primer partido y tuvo que perderse el resto de la temporada.
Sin Warner, el peso de la ofensiva recayó en un joven pasador de nombre Dave Krieg, quien tuvo quizá la mejor temporada de su carrera, y nuevamente Largent comenzó a establecerse como un receptor seguro y consistente, sin llegar a ser espectacular.
Seahawks tardó 3 años en regresar a playoffs, obteniendo el título divisional en 1987, pero cayendo ante Cincinnati en su primer juego en la ronda divisional.
La más grande figura de Seahawks es, hasta la fecha, el receptor abierto Steve Largent, quien se retiró al concluir la temporada 1989 siendo el líder de todos los tiempos en su posición y ostentando 6 récords de recepciones de todos los tiempos en la NFL, lo que le valió para ser elegido al Salón de la Fama en Canton, Ohio en 1995.
Ken Behring y su socio Ken Hofmann compraron la franquicia en 1988 por 79 millones de dólares, aunque también hubo reportes que lo hicieron por 99 millones de dólares, siendo los dueños hasta 1996 cuando la vendieron.
Tras la salida de Knox e intentos de regresar a temporadas ganadoras a la franquicia, los Halcones Marinos contrataron a Tom Flores (14-34), a quien conocían muy bien por haber sido el head coach de los Raiders donde obtuvo un par de campeonatos de Super Bowl, pero no funcionó en tres temporadas.
Dennis Erickson llegaba con muy buenas cartas credenciales del fútbol americano colegial y Seattle esperaba haber encontrado a su propio Jimmy Johnson, ya que ambos habían subido al nivel profesional después de obtener sendos campeonatos con la Universidad de Miami. Erickson no pudo con el paquete en 3 temporadas, y al igual que Flores cargó con marca perdedora, en su caso 31-33.
En 1996, Behring y Hoffman mudaron las operaciones del equipo a la ciudad de Anaheim, California, un movimiento altamente criticado, sin embargo, el equipo siguió jugando en Seattle. La franquicia estuvo a punto de mudarse y entró en bancarrota en un periodo corto.
La NFL amenazó a Behring con multarlo 500 mil dólares diarios en caso de no regresar todas las operaciones del equipo a Seattle.
De esta forma, Behring y Hoffman tomaron la decisión de vender al equipo al cofundador y socio de Bill Gates en Microsoft, Paul Allen, en 1997, por la cantidad de 200 millones de dólares. Allen llevaría a la franquicia a otras alturas con éxito dentro y fuera del campo de juego en los negocios. El futuro de los Halcones Marinos en Seattle quedó firme con Allen como su dueño.
En 1999, se dio la noticia bomba de que Seattle contrató al head coach Mike Holmgren, quien había tenido mucho éxito como asistente con San Francisco y como entrenador en jefe con Green Bay, incluso llegando a 2 Super Bowls y ganando uno de ellos.
En ese mismo primer año de Holmgren, nuevamente Marino los derrotó. Esta ocasión fue en el juego de comodines con un regreso magistral del pasador de los Dolphins para caer 20-17 en lo que fue el último partido de playoffs en el Kingdome.
Jugadores como el quarterback Jon Kitna, el corredor Ricky Watters y el tackle ofensivo Walter Jones, quien terminaría su carrera en el Salón de la Fama, y en la defensiva el tackle Cortez Kennedy y el linebacker Chad Brown eran los líderes de ese equipo.
Holmgren terminaría su tiempo en Seattle después de 10 temporadas y darle su segundo título divisional, así como un boleto a playoffs como equipo comodín.
Desde aquel triunfo sobre Raiders en los playoffs de 1984, Seattle no encontró la victoria en postemporada sino hasta 2005, cuando ya habían vuelto a la NFC en 2002 tras el aumento de la liga a 32 equipos y un reacomodo geográfico que los mandaba de la División Oeste AFC a la Oeste de la NFC.
En 2005, obtuvieron el cetro divisional con marca de 13-3, hasta entonces el mejor en la historia de la franquicia, y conquistaron el campeonato de la Conferencia Nacional. Seattle fue al Super Bowl XL representando a la NFC, pero tras una serie de decisiones arbitrales muy polémicas, las cuales, tiempo después se reconoció por el mismo árbitro que se había equivocado, cayeron 21-10 ante Pittsburgh.
Este equipo tenía su base en el corredor Shaun Alexander, los receptores Bobby Engram y Joe Jurevicius, el quarterback Matt Hasselbeck, el ala cerrada Jerramy Stevens y el liniero defensivo Grant Wistrom, siendo entrenados por Holmgren, quien se fue en 2008, teniendo una temporada solitaria en 2009 de Jim Mora Jr. como su coach, antes de que se contratara a Pete Carroll, quien había estado haciendo equipos campeones de forma frecuente con USC Trojans en el fútbol americano colegial.
Poco a poco, Carroll comenzó a integrar una defensiva impresionante, mientras que en el NFL Draft 2012 se sacó la lotería al reclutar al pequeño quarterback, menospreciado por muchos, Russell Wilson, quien un año más tarde llevaría a Seattle a tierras nunca antes pensadas.
Mientras que la defensiva contaba con Michael Bennett y los linebackers Bruce Irvin y Malcolm Smith, acompañados del joven Bobby Wagner, que complementaban una caja frontal de las mejores que se han visto en la liga, la secundaria escribiría su propio nombre en la historia de la NFL.
La llamaron la “Legion of Boom” (Legión del Boom) por su forma tan impactante de jugar por parte de sus 4 titulares, encabezados por uno de los mejores cornerbacks de la liga, Richard Sherman. El otro esquinero era Brandon Browner y los profundos eran Kam Chancellor y Earl Thomas. Suficiente como para ser considerada una de las mejores defensivas en la historia.
Además de Wilson, la ofensiva contaba con otro personaje, Marshawn Lynch, apodado “Beast Mode”, por su forma tan brutal y violenta de jugar siendo corredor. En los playoffs de 2010, realizó una de las jugadas para la historia cuando prácticamente aplastó (literalmente) a toda la defensiva de New Orleans para lograr un touchdown.
Fue 2013 cuando este grupo de estrellas comenzó a hacer clic y todo se dio. Con victorias sobre Saints y 49ers en playoffs, llegaron al Super Bowl XLVIII para enfrentarse a Peyton Manning y a Denver Broncos que representaban a la AFC después de una campaña en la que rompieron todo tipo de récords ofensivos.
La “Legión del Boom” pulverizó a Manning y a Denver, los dejó en sólo 8 puntos y desde la primera jugada del partido, ya habían logrado un safety. El marcador final fue un contundente 43-8 en el que se anotó en regreso de patada de kickoff, intercepción, safety, pase, acarreo y el linebacker Malcolm Smith fue nombrado el MVP del partido.
Fue el primer campeonato en la historia de Seahawks y lo hicieron de forma tan convincente que muchos consideran a ese equipo de Seattle en 2013 como uno de los mejores de todos los tiempos.
Al año siguiente, regresaron al Super Bowl, no sin antes sufrir un poco en la postemporada, especialmente en el Juego de Campeonato de la NFC en el que derrotaron a Green Bay con Aaron Rodgers en tiempo extra 28-22 viniendo de atrás en un partido que parecía perderían en casa.
Wilson fue el pilar de ese regreso y se apoyó en Lynch, además de un error por parte de Packers que pudo haber terminado todo cuando un ala cerrada reserva no pudo sostener una patada corta y los Halcones Marinos la recuperaron y de ahí iniciaron la serie ofensiva que culminó con el empate, y poco tiempo después con un bombazo de Wilson a Doug Baldwin para obtener el boleto al Super Domingo.
En esta ocasión el rival en el Super Bowl XLIX, era New England con Tom Brady. Seattle jugó por nota durante 59:50 minutos del partido. Al iniciar el 4º cuarto, tenía la ventaja 24-14, pero en los segundos finales del encuentro, ya perdiendo 28-24, y después de un pase de Wilson y una recepción mágica de Jermaine Kearse, le dio el 1º y gol a los Halcones Marinos, pero Carroll mandó una jugada de pase en 2ª oportunidad en lugar de correr con “Beast Mode” y el envío de Wilson fue interceptado en la zona de anotación por el cornerback novato de Patriots, Malcolm Butler.
Así de cerca se quedaron los Seahawks del bicampeonato. Quizá fue un golpe muy difícil, al grado que después de ese partido, los pupilos de Carroll tienen marca de 2-3 en playoffs y no han podido regresar al Juego de Campeonato de la NFC.
Pero nadie olvidará la forma en que lucharon con gallardía y valor durante ese Super Bowl, siendo una decisión que será criticada por la eternidad, la que definió el encuentro.
Seattle estuvo en playoffs en 2015, 2016 y 2018 nuevamente, pero el supertalentoso roster de los Super Bowls XLVIII y XLIX se fue desmantelando paulatinamente.
Si a esto le agregamos el golpe durísimo del fallecimiento del dueño Paul Allen en octubre de 2018, la situación general del equipo no luce muy prometedora.
El grupo de negocios de Allen, manejado por su hermana Jody Allen, mantendrá la misión de negocios que implantó Paul Allen desde el momento que adquirió la franquicia y para darle continuidad, de inmediato, aseguró con sendas extensiones de contrato a su head coach Pete Carroll y a su quarterback estrella, Russell Wilson.
Aunque muchos los critiquen, Seahawks no sólo es un equipo de moda, sino uno que llegó para seguir compitiendo en el nivel más alto de calidad en la NFL.